sábado, 29 de enero de 2011

Runaway Train

Es cuando la bomba de inseguridad e inmadurez te explota en la boca del estómago.
Es cuando una cantidad variable de bilis sin sentido se arremolina en el paladar.
Justo cuando te tiembla el pulso y se quiebra tu voz. Es cuando gritas, recriminas, reprochas, atacas, exiges, insinúas y te quedas ciego.
Es cuando haces daño.
Como un tren sin control, con sentimientos erróneos por combustible, que atropella todo lo que se le pone por delante, casi siempre gente a la que importamos.
Lo he hecho una y otra vez, dándome razones falsas para hacerlo, espoleado por mi inseguridad. Todos lo hacemos, de una manera u otra. Y realmente, no lo pagamos con el débil, lo hacemos con quien nos lo permite hacer, la gente que nos quiere.
Así que tira del freno, mutila las voces interiores y pregúntate si merece la pena ese grito, esas palabras que duelen, ese viaje al pasado en busca de errores que echar en cara. Hazlo por ti, hazlo por la gente que quieres, hazlo por mi.

Escuchando Love Me Back de Jazmine Sullivan.

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